15 febrero, 2010

Patinada de Patito Feo

Abuchean a Patito Feo en España y hablan de "estafa"

Los padres interrumpieron el musical al ver que en la obra sólo había una actriz original. Habían pagado 60 euros la entrada. Qué dicen los organizadores.

Centenares de padres y niños, reunidos en el Madrid Arena para ver "Patito Feo, el musical más bonito", protestaron enérgicamente al comienzo del espectáculo, tras comprobar que sólo la actriz principal, Laura Esquivel, es la original.


El musical comenzaba este sábado sus representaciones en Madrid, donde tiene previsto otro espectáculo para mañana. Su estreno, sin embargo, se ha visto empañado por los abucheos y gritos de los asistentes, que han tachado la obra de "tongo".

Muchos padres se sienten engañados después de haber pagado una media de 60 euros por entrada (49 euros cada una, más otros 13 por la tramitación vía Internet), para ver una actuación que no cuenta con los actores reales de la serie juvenil del mismo nombre en la que está inspirado el musical.

"Aquí hay gente que ha venido de Canarias, de Barcelona,... hay niños llorando, es una vergüenza. Estos niños han venido a ver a sus ídolos y en ningún sitio pone que no se trata del elenco original", manifestó Yolanda, una de las madres que estaban allí. Las protestas del auditorio, lleno en esta primera actuación en Madrid, han causado la interrupción de la obra y la intervención de la Policía.

Los organizadores del espectáculo, por su parte, dijeron que en el show de "High School Musical" no actuaban sus actores Zac Efron, Ashley Tisdale y Vanessa Hudgens; ni en "Grease" estaban John Travolta y Olivia Newton. "En Patito Feo ocurre algo similar y la promoción del espectáculo siempre ha ido unida al de un nombre: Laura Esquivel, la actriz argentina que protagoniza el personaje en la serie televisiva", aseguraron.

Patito Feo, la tira producida por Ideas del Sur, de Marcelo Tinelli, cuenta la historia de Patricia Castro, una adolescente poco atractiva pero con una voz preciosa. En España, la serie se emite en Disney Channel y en Telecinco.

Fuente: 20minutos

Tango

Viernes de tango y folclore en la Plaza Belgrano

Sábado 13 de Febrero de 2010

UN CORTE Y UNA QUEBRADA. A puro tango en la noche del viernes

Como todos los viernes, hasta el 12 de marzo, anoche se llevó a cabo en la Plaza Belgrano un nuevo encuentro de “Cultura de Verano”. Con un clima óptimo y una muy buena participación de vecinos, que disfrutaron de bailes de tango y folclore a cargo de la profesora Susana Pagani.

01 febrero, 2010

LA AVENTURA DEL CONOCIMIENTO Y EL APRENDIZAJE


Por Alejandro Dolina

La velocidad nos ayuda a apurar los tragos amargos. Pero esto no significa que siempre debamos ser veloces. En los buenos momentos de la vida, más bien conviene demorarse. Tal parece que para vivir sabiamente hay que tener más de una velocidad. Premura en lo que molesta, lentitud en lo que es placentero. Entre las cosas que parecen acelerarse figura -inexplicablemente- la adquisición de conocimientos.

En los últimos años han aparecido en nuestro medio numerosos institutos y establecimientos que enseñan cosas con toda rapidez: "....haga el bachillerato en 6 meses, vuélvase perito mercantil en 3 semanas, avívese de golpe en 5 días, alcance el doctorado en 10 minutos....."

Quizá se supriman algunos... detalles. ¿Qué detalles? Desconfío. Yo he pasado 7 años de mi vida en la escuela primaria, 5 en el colegio secundario y 4 en la universidad. Y a pesar de que he malgastado algunas horas tirando tinteros al aire, fumando en el baño o haciendo rimas chuscas. Y no creo que ningún genio recorra en un ratito el camino que a mí me llevó decenios.


¿Por qué florecen estos apurones educativos? Quizá por el ansia de recompensa inmediata que tiene la gente. A nadie le gusta esperar. Todos quieren cosechar, aún sin haber sembrado. Es una lamentable característica que viene acompañando a los hombres desde hace milenios.

A causa de este sentimiento algunos se hacen chorros. Otros abandonan la ingeniería para levantar quiniela. Otros se resisten a leer las historietas que continúan en el próximo número. Por esta misma ansiedad es que tienen éxito las novelas cortas, los teleteatros unitarios, los copetines al paso, las "señoritas livianas", los concursos de cantores, los libros condensados, las máquinas de tejer, las licuadoras y en general, todo aquello que no ahorre la espera y nos permita recibir mucho entregando poco.
Todos nosotros habremos conocido un número prodigioso de sujetos que quisieran ser ingenieros, pero no soportan las funciones trigonométricas. O que se mueren por tocar la guitarra, pero no están dispuestos a perder un segundo en el solfeo. O que le hubiera encantado leer a Dostoievsky, pero les parecen muy extensos sus libros. Lo que en realidad quieren estos sujetos es disfrutar de los beneficios de cada una de esas actividades, sin pagar nada a cambio.

Quieren el prestigio y la guita que ganan los ingenieros, sin pasar por las fatigas del estudio. Quieren sorprender a sus amigos tocando "Desde el Alma" sin conocer la escala de si menor. Quieren darse aires de conocedores de literatura rusa sin haber abierto jamás un libro.

Tales actitudes no deben ser alentadas, me parece. Y sin embargo eso es precisamente lo que hacen los anuncios de los cursos acelerados de cualquier cosa. Emprenda una carrera corta. Triunfe rápidamente. Gane mucho "vento" sin esfuerzo ninguno. No me gusta. No me gusta que se fomente el deseo de obtener mucho entregando poco. Y menos me gusta que se deje caer la
idea de que el conocimiento es algo tedioso y poco deseable.

¡No señores: aprender es hermoso y lleva la vida entera!

El que verdaderamente tiene vocación de guitarrista jamás preguntará en cuanto tiempo alcanzará a acompañar la zamba de Vargas. "Nunca termina uno de aprender" reza un viejo y amable lugar común. Y es cierto, caballeros, es cierto.

Los cursos que no se dictan: Aquí conviene puntualizar algunas excepciones. No todas las disciplinas son de aprendizaje grato, y en alguna de ellas valdría la pena una aceleración. Hay cosas que deberían aprenderse en un instante. El olvido, sin ir más lejos. He conocido señores que han penado durante largos años tratando de olvidar a damas de poca monta (es un decir). Para esta gente sería bueno dictar cursos de olvido. "Olvide hoy, pague mañana". Así terminaríamos con tanta canalla inolvidable que anda dando vueltas por el alma de la buena gente.

Otro curso muy indicado sería el de humildad. Habitualmente se necesitan largas décadas de desengaños, frustraciones y fracasos para que un señor soberbio entienda que no es tan pícaro como él supone. Todos -el soberbio y sus víctimas- podrían ahorrarse centenares de episodios insoportables con un buen sistema de humillación instantánea.
Hay -además- cursos acelerados que tienen una efectividad probada a lo largo de los siglos. Tal es el caso de los "sistemas para enseñar lo que es bueno", "a respetar, quién es uno", etc. Todos estos cursos comienzan con la frase "Yo te voy a enseñar" y terminan con un castañazo. Son rápidos, efectivos y terminantes.

Elogio de la ignorancia: Las carreras cortas y los cursillos que hemos venido denostando a lo largo de este opúsculo tienen su utilidad, no lo niego. Todos sabemos que hay muchos que han perdido el tren de la ilustración y no por negligencia. Todos tienen derecho a recuperar el tiempo perdido. Y la ignorancia es demasiado castigo para quienes tenían que laburar mientras uno estudiaba.

Pero los otros, los buscadores de éxito fácil y rápido, no merecen la preocupación de nadie. Todo tiene su costo y el que no quiere afrontarlo es un garronero de la vida. De manera que aquel que no se sienta con ánimo de vivir la maravillosa aventura de aprender, es mejor que no aprenda.

Yo propongo a todos los amantes sinceros del conocimiento el establecimiento de cursos prolongadísimos, con anuncios en todos los periódicos y en las estaciones del subterráneo. "Aprenda a tocar la flauta en 100 años".
"Aprenda a vivir durante toda la vida".
"Aprenda. No le prometemos nada, ni el éxito, ni la felicidad, ni el dinero. Ni siquiera la sabiduría. Tan solo los deliciosos sobresaltos del aprendizaje".

ALEJANDRO DOLINA