28 noviembre, 2012

El retorno de Lombroso


Fisonomía de Griesa
Por Horacio González *

Al juez Thomas Griesa le gusta fotografiarse. Es lógico, debe cumplir con una dimensión importante de la función pública, que es la publicidad de su figura, con la postura de una foto oficial. Hay fotos y fotos. La foto oficial es otra cosa. Se la prepara, la toman especialistas, debe hacer brillar la solemnidad y la gallardía del poder. Sin excesiva arrogancia y también sin falsos escrúpulos que parezcan un festejo de la informalidad. Pero veamos a Griesa: su fisonomía dice mucho... o lo dice todo. Es un rostro que pertenece a una cultura. Aunque no necesariamente agota todas las posibilidades de la cultura norteamericana. Basta comparar su foto con fotos de Faulkner, Kerouac, el mismo Henry Fonda. O si no, Marlon Brando. Claro, son actores o escritores. Pero en sus rostros está expresada una indeterminación, una apertura a la dificultad de la existencia. Pero en Griesa no. Solo hay determinación, un arquetipo que parece surgido de un comic. Algo que informa que estos rasgos sumarios de una fisonomía pueden albergar las formulaciones más demoledoras de una cultura jurídica.

20 noviembre, 2012

De la tradición al show


La tradición sirve para rememorar un suceso trascendente y positivo para la comunidad en la cual tuvo origen e impacto.

Radios que no existen, gran negocio a futuro


El medio es el mensaje

Radios que no existen, gran negocio a futuro

Por Pablo Sirvén | LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/1527930-la-vida-es-una-gran-secuencia-de-instantaneas


La escena es surrealista, y al mismo tiempo inquietante: a un piloto de una línea europea, en las maniobras de aproximación al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, se le coló en la frecuencia de la banda aérea que estaba utilizando una reconocible melodía tropical.
De las 152 emisoras AM de Capital Federal y Gran Buenos Aires, inventariadas por la Asociación de Radiodifusoras Privadas Argentinas (ARPA), sólo 21 tienen licencia formal. En La Salada no hay menos de seis FM. Hay bailantas que reciben en cadena la música emitida desde otra estación radial.
Mientras todo el mundo mira expectante hacia el cada vez más inminente 7-D -el anunciado choque de trenes que sus respectivos maquinistas parecen empeñados en protagonizar-, con perfil mucho más bajo se cocina a fuego lento otro estofado espeso que arruinará, si cabe, un poco más el indigesto y fragmentado sistema de medios que el kirchnerismo ha resuelto legarnos.
Como sucedió con los piquetes, un fenómeno de protesta callejera que comenzó a fines de los años 90 y que ya en este siglo se multiplicó exponencialmente sin que el Estado haya, al menos, intentado regularlos para atemperar que el tránsito en grandes ciudades y rutas clave no sea un desquicio permanente, con las radios pasa algo parecido.