Su primo Jorge, intendente reelecto de Vicente López, antes fue diputado provincial por la tercera sección electoral, y después intendente del coqueto distrito del Norte, cuando nunca vivió en la tercera, ni tampoco en Vicente López; es vecino de San Fernando.
El intendente electo de Morón es el esposo de la gobernadora Vidal, pero en ambos casos, los cuatro llegaron por los votos.
No es el caso del Ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, que nombró al presidente de la Sociedad Rural de Pilcomayo, su primo Amadeo Nícora como titular del INTA, quizás para igualar al ex ministro de Defensa, Rossi, cuando hizo nombrar a su hija Delfina Rossi en el Banco Nación.
Por su parte, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, hizo que el ministro de Telecomunicaciones, Oscar Aguad, nombrara a su tío, Mario Frigerio, interventor en la Autoridad Federal de Tecnología de la Información y las Comunicaciones, seguramente para emular al saliente Florencio Randazo, que tenía a sus hermanos Juan Andrés como asesor y a Pablo en la CNRT.
El yerno de Aguad, Rodrigo de Loredo, fue nombrado presidente de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales ARSAT. Como buen cordobes, quiso emular a Carlos Zanini, otro coterráneo suyo, que tenía a sus cuatro hijos y a su yerno trabajando en el Estado.
El vocero del presidente Macri, Ivan Pavlovsky, colocó a su esposa Maria Klemensiewicz como Subsecretaria de Habitat y Desarrollo Humano, para no ser menos que el saliente Aníbal Fernández, que tenía a su esposa Silvia Zabala, con rango de secretaria, en la Jefatura de Gabinete.
El Ministro de Modernización Andrés Ibarra está casado con la diputada María Carla Piccolomini, que salió electa diputada nacional por Cambiemos en la lista de la provincia de Buenos aires.
Algo así como Alicia Kirchner gobernadora y su sobrino Máximo diputado nacional, claro que con los votos.
A esta altura podríamos decir que el PRO, que todavía no tiene un mes en el gobierno, o si prefieren, Cambiemos, sigue el mismo camino que los que se fueron, con un gran “apego familiar”.
Oscar Parrili tenía a sus hijos Emiliano y Lorena trabajando en Promoción Turística, y en la Legislatura nuequina, y a Natalia, su sobrina, en la Cancillería. No es mucho para quien manejó la Inteligencia del país.
Como tampoco era mucho que Andrea Rabollini, cuñada del candidato Daniel Scioli, fuera Directora de Programas Culturales de la Secretaría General de Parrili.
O que la hermana del Cuervo Larroque fuera directora de Documentación Presidencial.
O que una hija de De Vido y su hermano Hugo ocuparan cargos en el Estado. O que Julián Alvarez dejara a su esposa Hilda Virginia Lynn en la Cancillería. O que Deborah Giorgi lograra que Cristóbal Ordoñez, su hijo, tuviera rango de subsecretario cuando la ahora funcionaria de La Matanza era ministra de la Nación.
O que Marcelo Fabián Echegaray, hermano de Ricardo, fuera el encargado de recaudación de la AFIP.
O que Carlos Lliuzi, segundo de Zanini, nombrara 22 parientes en el Estado con sueldos de $35.000.-
Así podríamos seguir llenando páginas, y cansaríamos al lector.
Pero da la impresión cuando Perón habló de la Comunidad Organizada, y que la unidad básica era la familia, célula constitutiva, a los muchachos se le traspapelaron páginas o no entendieron el mensaje.
Porque a esta altura me resisto a creer que la influencia de los Campanelli haya alcanzado a los más jóvenes que ni siquiera saben quienes fueron… por aquello de “la familia unida”.
Los Lanatta son hermanos, los Schillaci también.
COSAS DE FAMILIAEn la sorprendente Argentina que vivimos tres delincuentes son buscados después de una fuga. Dos son...
Posted by De Renzis - Ayer y Hoy on sábado, 2 de enero de 2016
