El millonarismo de baja calidad se fagocita a sí mismo. Claudia y Marcos, Just Do It, sacan lo peor de las personas. La disparada de la población mundial.
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Lo paradójico de ser bueno es que uno puede ser bueno sin saber para quién. En Rosario el Concejo Municipal aprobó un proyecto para hacer el testeo de pastillas y el relevamiento de las drogas a vender en las fiestas tipo Time Warp. En el contexto de libre mercado, si al consumidor se le garantiza seguir viviendo, las posibilidades de venta no tienen techo. Es un razonamiento muy coherente: el muerto no compra y el estúpido consume cualquiera. La máxima "no fue magia" atraviesa contextos políticos y continúa vigente a caballo de las mejores intenciones. La plataforma sobre la cual se hace este tipo de construcciones es la filosofía de "hacer dinero no importa cómo". Dinero que luego camina por callecitas oscuras y termina reposando en paraísos fiscales a la espera de las grandes oportunidades que siempre ofrece el mundo libre. Tengo la sensación de que este tipo de iniciativas está horneada en las cabezas de esas personas que sostienen perros "cama afuera"; es decir, se conduelen con el desamparo del animal, le dan una ración de alimento y después que la suerte lo acompañe en la intemperie o que otros lo atiendan en su desgracia; ellos primerearon en lo más fácil: un plato de granitos. En su intimidad, sienten que han hecho un bien y su alma está en paz.
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Horacio: no te vayas en divagues, esto te mochó la posibilidad de reelección. Si querés salvar la ropa andá al grano y ventilá a manos de quién va el dinero recaudado. Una apreciación conservadora estima que con Time Warp se recaudó más de 20 millones de pesos. Nada mal por una noche y para un predio ya amortizado. En la larga cadena de involucrados en el negocio, el narco proveedor es apneas un eslabón, un engranaje al fin de una enorme maquinaria de hacer dinero.
El centro de gravedad aquí no está en el “vacío existencial de la juventud” o en “la falta de valores” sino en la macabra filosofía de “hacer dinero no importa cómo”. Y no somos pocos los que vemos la cosa desde ese ángulo, el periodismo te está tirando de los pantalones, Horacio, para que despiertes.
El Estado debe intervenir. No podés sacarte el lazo diciendo que administrativamente todo estaba en regla. Tu propio votante exige cárcel a los hacedores de dinero mal habido en el gobierno nacional anterior, y éste entuerto es con tu propia tropa. La gente rechaza profundamente la trama de complicidades y subordinaciones al “poder del dinero extraído del ingenuo”. Tu silencio nos toma por… ingenuos.
Y más calentura social vas a lograr si le das la cana a la Prefectura, laburantes que tienen que hacer tres años de guardias a la intemperie para ganar lo que uno de tus amigos de Costa Salguero gana en una sola noche. Así como todos sabemos que en esas “fiestas” se venden drogas, todos sabemos que un “nene de la noche” puede escupir la foja de servicios de quien sea si se le da por hacerse el reglamentarista, o sea: estar del lado de la ley.
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El 13 de enero los medios publican la comunicación entre el
comisario Leonardo Julián y Marcelo "El Faraón" Melnyk, durante la
búsqueda de los tres fugados de General Alvear . "Acá tenés banca", le dice el
uniformado a quien, en los papeles, era dueño de unas pizzerías de la zona sur
del conurbano, acusado de estar relacionado con narcotraficantes. En síntesis, el jefe policial estaba poniendo
en conocimiento al sospechoso, sobre su nuevo cargo y, con énfasis, reiterando
su subordinación al poder del dinero.
A pesar de llover acusaciones con pruebas sobre malversación
de fondos y enriquecimiento ilícito de funcionarios y allegados durante el
gobierno anterior, la justicia no produjo avances ni activó los mecanismos para
llevar adelante investigaciones consistentes.
Me pregunto si no se puede aplicar la regla de tres simple y
deducir que la justicia deja de lado su independencia institucional, para
subordinarse funcionalmente al poder del dinero, ya que una gran fortuna bajo amenaza
puede mover funcionarios, estropear fojas de servicios y tronchar carreras; por
más diez absoluto obtenido durante los estudios.
Y, al mismo tiempo, acaso no sabemos que una gran fortuna
puede “derramar” bonanza sobre aquellos que de una u otra manera le facilitan
el camino hacia más acumulación. Lo sabemos y mejor lo saben los actores
sociales que orbitan el poder y forman parte de la administración de la cosa
pública.
Dentro de esta hipotética lógica, el comisario Julián decide
subordinarse a un tercero fuera de las estructuras institucionales que lo
forjaron. ¿Por qué? Seguramente porque con ello logra mayores beneficios. Y, en
una sociedad donde “lo que vale es lo que se tiene”, bien se puede dejar de
lado “lo que se es”, en beneficio propio… y para los seres cercanos.
Esa perversa lógica de doblegar lo formal para allanar el
camino hacia mayores ganancias se ve facilitada en ambientes donde lo que
escasea es el trabajo seguro. No ya el buen salario, sino un trabajo a largo
plazo; si garantiza salud y retiro, es haber ganado el cielo.
Hoy hay más de treinta numerarios de la Prefectura con los
huevos en la garganta, producto de la ruleta rusa jugada por los que ostentan
el Poder real. Y el poder político está en un brete, a causa del mismo “inconveniente”.
La macabra filosofía de “hacer dinero no importa cómo” mató
a cinco pibes, dejó maltrechos a otros cinco y estupidizó a centenares. Y al
mismo tiempo convierte a una actividad creada para cuidar la seguridad de la
ciudadanía, en una actividad riesgosa: si nadie muere, todos se llevan su parte;
si algo sale mal, perdés tu fuente de trabajo y hasta podés ir preso.
Por este affaire de Time Warp, Larreta debe olvidarse de la
reelección. Si el gobierno de la ciudad y el ministerio de Seguridad van a
seguir buscando chivos expiatorios, cuyo castigo es el despido; alguien debe avisarles que ya pusieron en la
calle 100 mil fulanos so pretexto de ñoquis; un concepto arbitrario de acá a
Luján.
Este cuadro de situación lo único que refuerza es algo que
el kirchnerismo puso en práctica durante muchos años: desde el Poder se puede
hacer cualquier cosa. Hasta lo peor, con las mejores intenciones.
