Préstamos a un club de fútbol, varios autos de lujo, deudas con la AFIP, los millonarios sueldos de los CEO y el colmo de un ministro
La Nación, 12JUN2016
Una fana de River suelto en la Rosada
A Mario Quintana, mano derecha de Marcos Peña, poco le importa la invasión de hinchas de Boca en el Gobierno. El ex dueño de Farmacity es uno de los empresarios que se acercó a River Plate, el club de sus amores, en su peor momento. Acudió a la convocatoria de su amigo Rodolfo D'Onofrio, que, apenas asumió como presidente de River en 2013, pidió a un grupo de empresarios que apoyara económicamente al club recién ascendido. Quintana confió desde el comienzo en su gestión, que le daría más de una satisfacción en el Monumental. Pero la deuda de River con Quintana se extiende hasta estos días. A fines de 2014, el club adeudaba $ 1 millón al entonces titular del Grupo Pegasus. Ese número, incluso, creció durante 2015: la mano derecha de Marcos Peña tenía por cobrar $ 1,6 millones, según consta en su declaración jurada. Pero Quintana no es el único amigo de D'Onofrio en el oficialismo. El conductor de River es el principal aliado de Daniel Angelici, presidente de Boca y hombre de confianza de Mauricio Macri en su cruzada por la Superliga, el proyecto que impulsa el Gobierno para quedarse con el control financiero de la AFA.
El misterioso sueldo de los CEO
Para el Gobierno son un ejemplo: empresarios exitosos que dejaron un plácido pasar en la actividad privada para ayudar en el Estado. Como era previsible, esta semana se conoció que Juan José Aranguren, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui son los más ricos del gabinete. Pero sus ingresos como CEO de compañías multinacionales aún no se conocían: abultados sueldos que resignaron al desembarcar en el Gobierno. Algunos de esos datos quedaron expuestos en sus declaraciones juradas. Aranguren, ex número uno de Shell, informó "ingresos netos como renta del trabajo" por casi $ 10 millones en 2015; casi $ 750.000 por mes. Una cifra muy distante de los $ 110.000 mensuales que perciben los ministros. Lopetegui, ex titular de LAN Argentina, percibió $ 435.000 por mes, y Mario Quintana, que era presidente de Farmacity, cobró $235.000 por mes. Estas cuentas no incluyen los premios anuales que suelen recibir los ejecutivos, como el regalo de acciones o pagos extraordinarios. La mayor parte de la fortuna de los CEO del Gobierno es atesorada en Estados Unidos. Todavía es un misterio, sin embargo, si repatriarán sus bienes, como lo hizo Mauricio Macri.
La insólita demora de un ministro
¿Cuál es el colmo para un ministro de Modernización? Andrés Ibarra, el funcionario encargado de impulsar la transparencia a través de la apertura de datos del Gobierno, no entregó a tiempo su declaración jurada. Al cierre de esta edición, la presentación con el detalle de sus bienes todavía no estaba disponible en la web de la Oficina Anticorrupción (OA). Desde Modernización aclararon que Ibarra entregó el viernes su declaración jurada ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), que luego el sistema reproduce -con algo de demora- en el sitio de la OA. Sin embargo, la presentación de Ibarra se atrasó 10 días desde la fecha límite impuesta por el Gobierno, el pasado 31 de mayo. Ante la consulta de la nación, funcionarios de Modernización admitieron que la demora fue un descuido. "Un error administrativo interno", aseguraron cerca del ministro. Pero Ibarra no es el único funcionario de alto rango que está en falta. Las declaraciones juradas de Gustavo Arribas, titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), y su número dos en la entidad, Silvia Majdalani, tampoco están disponibles.
Retenciones y deudas con la AFIP
Las disposiciones impositivas creadas por el kirchnerismo generan un sinfín de registros contables en las declaraciones juradas. La mayoría de los ministros informaron saldos a cobrar de la AFIP por retención de Ganancias; algunas, incluso, millonarias. Gustavo Lopetegui, por ejemplo, tenía por cobrar casi $2 millones por la devolución de ese tributo a fines de 2015. Si hasta el actual titular de la AFIP, Alberto Abad, declaró un saldo por cobrar de $ 263.000, aunque no detalló por qué impuesto en particular. El ministro Aranguren tuvo varios trámites por resolver con la autoridad fiscal: declaró $3 millones por percibir en concepto de devolución de Ganancias, pero también $ 320.000 correspondientes al impuesto del 35% sobre consumos en el exterior y otros $ 235.000 pendientes por Bienes Personales. Un paso más allá fue Mario Quintana, que se acogió en 2015 a dos planes de facilidades de la AFIP que -si no canceló antes de tiempo- todavía debería estar pagando. Quintana declaró una deuda de $ 4.030 dentro de un plan de 60 cuotas; otra de $ 9500 en 24 cuotas y una última deuda de $ 16.600.
Dos inquilinos en el Gobierno
Susana Malcorra es la única funcionaria de alto rango que no tiene casa propia en la Argentina. La canciller, que vivió los últimos 12 años fuera del país, vendió un pequeño departamento en Filadelfia, Estados Unidos. Cerca de la ministra afirmaron que la funcionaria -cuya familia está radicada en España- alquila un departamento en Buenos Aires. Otro de los funcionarios que alquila es Marcos Peña. El jefe de Gabinete, que presentó la declaración jurada más austera de todo el Gobierno, renta un departamento de 85 metros cuadrados, informaron desde la Jefatura de Gabinete. A diferencia de Malcorra, Peña es además propietario de un departamento de 77 metros cuadrados, que compró con un crédito del Banco Hipotecario. La misma metodología utilizó Rogelio Frigerio. El ministro le debe $ 623.000 al Banco Ciudad, entidad que él mismo presidió entre 2013 y 2015. En diálogo con la nación, sus allegados aseguraron que obtuvo el préstamo en 2011, dos años antes de desembarcar en el banco, cuando era legislador porteño. En el transcurso de 2015, el ministro devolvió $ 19.000 de su préstamo con la entidad.
Autos importados para todos
Alfonso Prat-Gay, ministro de Hacienda, es el mayor exponente de la predilección de los funcionarios del Gobierno por los autos importados. Acostumbrado a pasear con una moderna moto, el ministro de Hacienda declaró seis vehículos de todo tipo, clase y tamaño. Una camioneta Audi Allroad (2009), un Alfa Romeo Giulietta Quadrifoglio (2012), una camioneta Nissan Pathfinder (1997), un cuatriciclo Yamaha y su moto, de la que no incluye detalles. Como Prat-Gay, la ministra Carolina Stanley tiene una camioneta Audi Q5 y también su par Rogelio Frigerio solía moverse en un Audi A6, que vendió el año pasado, según consta en su declaración jurada. ¿Otros funcionarios con autos importados de lujo? Federico Sturzenegger, titular del Banco Central, informó un BMW 320i; Quintana, un Mercedes Benz E350; Aranguren, un Hyundai Tucson. En el otro extremo, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, no declaró ningún vehículo. Como sucede desde que desembarcó en la gestión porteña, Dietrich no informa ningún auto pese a que su familia es dueña de una de las más emblemáticas concesionarias de autos de la Argentina.