Encuentro un curioso paralelismo entre lo sucedido en Plaza
de Mayo y lo publicado por el Arzobispo
de La Plata, Héctor Rubén Aguer. En el mismo día, los manzaneros daban muestra
de la destrucción de su legítima fuente de ingresos y el arzobispo reproducía
la advertencia de Lot en las puertas de Sodoma. Las dos imágenes son muy malas
noticias.
Horas antes, en la cabeza de una autoridad de la iglesia
católica se fue horneando un texto cuyos ingredientes básicos provienen de los
relatos de las chamuscadas Sodoma, Gomorra y alrededores. «Como Sodoma y
Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquellos
habiendo fornicado e ido en pos de vicios en contra de la naturaleza, fueron
puestas como ejemplo, sufriendo castigo de fuego eterno.» Judas 1;7
El problema es que estamos en 2016 y sería un incordio
sufrir una lluvia de fuego y azufre derretido, justo ahora que Internet cumple
25 años de la primera World Wide Web, o sea la primer página de acceso libre y
público… con tanta porno gratuita y de tan buena calidad.
Un abombado lector de noticias surtidas bien puede
imaginarse en la Gomorra de aquellos años, donde el ciudadano medio sólo estaba
a la pesca de tranzar sumariamente y le importaba un pepino las advertencias de
castigos eventuales por mala conducta. Y mucho menos le importaba el prójimo. Lot,
un moishe modosito cumplidor con las leyes de Dios, no se ahorró el esfuerzo de
ir a avisarles a los sodomitas –con perdón de la palabra- de la calentura
silenciosa que le estaban produciendo al mismísimo Creador. Es más: el israelita
pregonero tenía la posta de que la cosa pintaba fulera si no paraban la mano.
Nadie lo escuchó.
Y en eso es en lo que debemos poner la lupa: en ambientes de
gran jolgorio no quieras poner freno de mano porque te van a dar un shot
nel´ort entre carcajadas y cargadas. Es más: donde todo es jajajá y dunga-dunga,
liquidar a un advertidor forma parte del divertimento.
Todo aquel que en algún momento osó levantar el dedito para
señalar el choreo ká, fue acallado por una bullanguera murga nac&pop. El
que objetó la liquidación de las empresas estatales en tiempos del menemato,
fue tomateado por Doña Rosa, mujer cultivada por Tiempo Nuevo y cuya flor
perfumó la enajenación de los trenes, aviones, teléfonos, etc, etc… El que dijo
que el aumento en los servicios públicos era una barbaridad fue olímpicamente
ignorado.
Al mismo tiempo, se vuelve a cumplir el diagnóstico de
Lilita, acerca de que “El gobierno comunica muy mal”… Bueno en este caso no ha
sido un miembro del gabinete presidencial, pero ha comunicado muy mal,
casualmente en coincidencia. Aguer advierte como Lot acerca de lo que irrita al
Supremo; pero los textos bíblicos señalan que Lot fracasó fiero en su cometido
y hasta quiso tranzar entregando a sus hijas… cosa que se le cuestionó a
Cordera días pasados.
Coronando la serie de casualidades, Cavallo habla ponderando
aquella filosofía neoliberal noventista. Y justamente aporta coincidencia
mística con el relato macrista de que “ahora estamos mal, pero es para nuestro
bien”. El dogma neoliberal repite el mandamiento de que primero hay que estar
mal para luego, más adelante, disfrutar de los beneficios de la “teoría del
derrame”. Hoy hay más desocupación porque “ahora viene el empleo de calidad”,
lo dice en medio de un paro nacional de la educación, cuando para contar con
empleados de calidad, la ciudadanía debe contar con educación de calidad.