Los “Panamá Papers” vienen a despertar de un bife hasta al
más lírico de los demócratas de entrecasa. Por alguna razón de nivel global,
alguien apretó la pústula financiera y salieron a relucir verdades muy
desagradables.
Parece mentira que aún hoy subsista la creencia de que las
buenas intenciones beatifican al candidato. Macri es un mandatario “a construir”, no se lo
puede consumir sin un proceso previo. Es como el petróleo y la destiladora debe
ser la alianza partidaria que lo llevó a la presidencia y la oposición positiva.
Tienen por delante un duro trabajo para transformar a este “empresario noventoso”
en un estadista. A su manera, Carrió le da al cincel sin asco.
El presidente padece exceso de marketing y falencia de
inteligencia. Todos sabíamos que cualquiera que subiera debería comandar varias
batallas. Batallas contra la corrupción y contra la pobreza. Pero además de lo
interno, si se aspira a salir al mundo, se encontrarán cientos de guerras; a
tiros y con sordina. Ir a la batalla sin conocer nuestras falencias y pecados
de juventud, es ir a menos. Querer santificar cualquier acción del pasado, es
tomarnos para el churrete.
Una oposición presente y vigilante es fundamental para que
los del llano no volvamos a ser estafados.
Más inteligencia y menos Prozac.
Corolario:
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/04/05/argentina/1459886414_521799.html?id_externo_rsoc=TW_CM