28 mayo, 2006
Futbol
Su majestad, la pelota
Objeto de deseo, esfera perfecta siempre en fuga, concentrará la atención del planeta cuando en pocos días empiece el Mundial. Su historia, secretos y emociones que despierta a su paso
Puede faltar el aguatero. O el técnico. También un jugador. Y hasta uno de los arcos. Pero ella es imprescindible. Porque todo –aguatero, técnico, jugadores, arcos, trotecito del referí y delirio de la tribuna– se organiza a su alrededor.
Ella lo sabe y es una reina que exige pleitesía, aunque entrega sus secretos a unos pocos. Sus veleidades encierran una paradoja: sin aristas para sujetarla a nuestros afanes, siempre de viaje, maliciosamente esquiva en su perfecta redondez, ella –así, en femenino, porque la pelota tiene alma de mujer– se prodiga sin embargo con democrática generosidad.
En los barrios pobres, rebota sin queja en los pozos del potrero que se convierte en una pecera cuando caen cuatro gotas. En los ricos, corre sobre la grama verde y mullida en la que no necesariamente la tratan mejor. Donde sí recibirá buen trato –al menos eso se espera– será en el nuevo estadio Allianz Arena, en la ciudad de Munich. Allí, en doce días, un empujón de un botín alemán o costarricense la pondrá a rodar ante los ojos del mundo. Con ese movimiento, la fiesta habrá empezado.
La pelota del Mundial de fútbol de Alemania tiene nombre: +Teamgeist (algo así como "espíritu de equipo", en alemán). En vano: ella nunca respondió a los llamados y no va a empezar a hacerlo ahora, pues la mueven otras lealtades. De todos modos, ese alarde de tecnología de 69 centímetros de circunferencia y 441 gramos de peso concebida por una legión de expertos cifrará para los millones de espectadores de la aldea global todas las pelotas que alguna vez han sido, incluyendo la de trapo, la de goma y hasta el bollito de papel al que propinamos, cuando no había nadie para atestiguarlo, nuestro mejor shot. Todo rito actualiza lo que no cambia, aquello que escapa a la acción del tiempo. Y si en el fútbol hay algo que permanece desde sus nebulosos orígenes –que muchos ubican en la lejana China–, eso es la pelota, redonda y sagrada como un sol.
"En este ceremonial religioso que es el fútbol, la pelota ocupa en el pensamiento mítico del hincha y del jugador el lugar del objeto sagrado, poseedor de vida propia y poder mágico. Como todo objeto sagrado, es ambivalente. Puede traer suerte, cuando sirve para hacer un gol contra el equipo contrario, o desgracia, cuando hace un gol contra el equipo propio", afirma Juan José Sebreli en Fútbol y masas, un libro poco condescendiente con el deporte más popular del mundo.
"Para mí la pelota lo es todo", dice a la Revista Ricardo Bochini, en una muestra de entrega que la redonda supo corresponder con creces, para felicidad de los que gustan de la inteligencia y la sutileza y de los hinchas de Independiente. "Empecé a jugar al fútbol a los cinco años. La pelota fue primero placer y alegría. Después, con el tiempo, también fue medio de vida."
Para el Bocha, como para tantos, la noble bola fue además objeto de deseo. Desde muy chico, jugaba fútbol "mañana, tarde y noche" con sus hermanos y los pibes del barrio, allá en Zárate. Así como pasó por la calle, el potrero y el baby fútbol para llegar a la cancha de once, también pasó por la pelota de trapo ("papel y géneros dentro de una media") y por la de goma para acceder a la de cuero, que llegó brillante y virgen como un amanecer cuando, a sus ocho años, completó con sus hermanos el álbum de figuritas. "Al final, nos faltaban sólo las más difíciles, que eran la de Pelé y la de Néstor Rossi. Las conseguimos y por fin sacamos la número cinco."
El gran Alfredo Di Stéfano tuvo su primera pelota de cuero a los diez años. Un día fue con sus amigos al cine y le dieron un número. Rifaban una pelota y la suerte le sonrió. "Resulta que lo que me dieron fue una pelota de rugby, y nos fuimos jugando con la pelota de rugby por la calle. Saltaba de un lado para otro, parecía una gallina", relata en sus memorias, cuyo título, Gracias, vieja, resume tanto su gratitud hacia quien le dio la vida como hacia la redonda.
"Entonces llegamos al barrio y les dijimos a los más grandes, a los de 17 y 18 años, lo que nos había pasado: En vez de darnos una pelota nos han dado esta mierda. Les fuimos con el cuento porque éramos vivos. Volvieron al cine con nosotros y le dijeron al gerente que como no nos dieran una pelota de fútbol le reventaban el cine. Claro que se la dieron... Una pelota de verdad. La teníamos que engrasar con sebo. Era de cuero, de esas con un cordón para atarla cuando la hinchabas. Si cabeceabas con eso te hacía una raja en la cabeza."
La pelota es objeto de deseo, antes y ahora. Una cualidad que tiene que ver incluso con el erotismo. "Es el objeto que hay que conquistar, que preservar, y con el que finalmente hay que penetrar. La simbología erótica es clarísima", señala Pablo Alabarces, magíster en sociología de la cultura, docente de la UBA y autor de Fútbol y patria.
Alabarces comenta que hay otro símbolo muy claro en la pelota: la perfección de la esfera. Ya para Platón la esfera era la figura más perfecta. Alegoría de la totalidad y del infinito, en sí misma contiene al mundo y puede rodar por todos los caminos.
Bilardo ha vaticinado que el de Alemania será el mundial de la pelota parada, pero es difícil que el balón desoiga el mandato de su naturaleza. La Real Academia Española define la esfera con belleza de haiku: sólido terminado por una superficie curva cuyos puntos equidistan todos de otro interior llamado centro. Cualquier objeto que responda a esta descripción tenderá a alejarse de quien lo posea. Basta la inclinación del plano o un golpe de viento. O una patada.
Si es por rodar, la pelota viene rodando desde lejos. La patada inicial la dieron los chinos hace más de 2300 años en Linzi, antigua capital del reino Qi, según concluyeron hace dos años 36 expertos en historia deportiva, arqueología y cultura de China. Todo habría comenzado cuando Fu-Hi, unos de los grandes gobernantes de la China antigua y apasionado inventor, apelmasó un manojo de raíces duras y cerdas de animal hasta formar una masa esférica que recubrió con pedazos de cuero crudo. Así nacía el cu-ju, antiguo fútbol chino (cu significa patear y ju, pelota), en el que había que embocar el balón con el pie en una red de apenas 40 centímetros fijada con varas de bambú.
Hay un antecendente más lejano, el pok ta pok de los mayas, un juego ritual que hace 3000 años se popularizó en México y en gran parte de América Central. Un aro colgado a tres metros de altura oficiaba de arco. La pelota de caucho podía ser golpeada sólo con el antebrazo, los codos, los hombros o las caderas. A los ganadores, en lugar de un trofeo se los premiaba con la muerte, en ofrenda a los dioses. Algunos estudiosos afirman, en cambio, que tal suerte se reservaba para los perdedores.
Los organizadores de Alemania 2006 llevaron el mes pasado a Berlín el pok ta pok, como antecedente milenario del fútbol. En un partido comentado por la BBC, doce jugadores mexicanos vestidos con atuendos tradicionales y con el cuerpo y el rostro pintados se enfrentaron al son de flautas y tambores rituales. El partido terminó 5 a 0, pero después de las duchas no hubo degüeyos sino una recepción para todos los jugadores de la que participó el mismísimo Franz Beckenbauer.
De los mayas al Kaiser, hay algo que siempre quitó el sueño a los enamorados de la pelota: cómo lograr que responda a sus intenciones. Según Bochini, el grado de obediencia que se obtiene de la redonda depende en medidas parejas del talento natural que se trae de la cuna y de las horas de juego que se acumulan al calor de la pasión. Todo aficionado al fútbol, de todos modos, suele tener su momento de gloria, esa ocasión mágica en que la bella dama entrega lo mejor de sí.
"Allá por el año 77, en Uruguay, jugamos con el equipo de la radio contra un combinado de periodistas europeos –rememora Víctor Hugo Morales, que aún recuerda con cariño la pelota de goma que recibió una mañana de Reyes, a los cinco años–. Fue un tiro libre a unos tres metros del área. Todavía puedo sentir en el pie la forma en que le pegué. Yo tengo pie grande, una contra para entrarle fuerte con pelota detenida. Le di con el empeine, suave, a colocar. La pelota sobrevoló la barrera y se metió en el ángulo."
Cuando la pelota planea invicta, después de la patada, es un mundo en rotación que concita todas las miradas. Como la Tierra vista de lejos, hay un instante en que parece detenida. Se detiene también el aliento y todo puede suceder. Porque si un soplo divino o el Big Bang condenaron a la Tierra a repetir la misma órbita, con la pelota es distinto: detrás de su vuelo hay un botín y nunca dos balones surcaron el aire del mismo modo. A este enigma –a darle sustento físico al milagro de Víctor Hugo, digamos– se consagró un equipo de científicos hace cuatro años.
Deslumbrados por la forma en que los cracks la empalmaban en los tiros libres para depositarla sin escalas en la red, los investigadores se propusieron "develar algunos de los secretos de la trayectoria curva que describe un balón después de ser golpeado". Tras ensayos en túneles de viento, análisis con videocámaras de alta velocidad y simulación de trayectorias, dieron con algo llamado fuerza de Magnus, que explica cómo el movimiento de rotación de la pelota en el aire, en virtud de complicadas leyes físicas que se ocuparon de medir, provoca el desvío de su trayectoria.
El efecto Magnus –comprobaron los científicos– se intensifica al final del vuelo del balón, cuando su velocidad decrece. Sólo así pudieron explicarse el gol de David Beckham contra Grecia en un partido clasificatorio para el Mundial de Japón, que pusieron bajo la lupa. El rubio le entró con la derecha a una velocidad de 36 metros por segundo, desde 27 metros, con una rotación considerable. La esfera de cuero pasó medio metro por encima de la barrera, a una altura muy superior a la del travesaño. Luego de desviarse lateralmente unos tres metros debido al "fuerte efecto empleado", redujo repentinamente su velocidad a 19 metros por segundo y cayó justo frente al arco como si una mano invisible la hubiera descolgado, colándose por el ángulo ante la mirada azorada del arquero. Cosas de la física. Se entiende ahora la desesperación del incomprendido Pasarella cuando, impotente, espetó su célebre "la pelota no dobla" después de que sus chicos cayeran frente a Ecuador en las alturas de Quito, hace ya diez años.
"Todavía me sorprende que jugadores como Roberto Carlos o Beckham sean capaces de hacer lo que hacen –concluyó el doctor Keith Hanna, que participó de las investigaciones junto con científicos de la británica Universidad de Sheffield–. Sus cerebros deben analizar cálculos de trayectoria muy detallados en pocos segundos a partir sólo de su instinto y de la práctica. Nuestras computadoras necesitan varias horas para realizar los mismos cálculos."
Hay algo que el doctor Hanna debería haber advertido: ella escapará siempre de todo cálculo. No por nada el gran Dante Panzeri tituló uno de sus libros Fútbol, dinámica de lo impensado. Cada cual, de acuerdo con sus dones, le saca lo que puede. Porque cada cual –del brutal pelotazo a la tribuna a la caricia más sutil– la trata como puede. Así, alrededor de ella se tejen estilos, tradiciones, escuelas, filosofías. Dime cómo la tratas y te diré quién eres. Para Alabarces, el gesto clásico argentino frente a la pelota es la pisada. Pero aclara que eso se ve más en los chicos. En el fútbol profesional –previene–, el mito del jugador argentino queda reservado para excepciones que se pueden contar con los dedos de la mano.
"La pisada es el gesto argentino por excelencia. Eso de aplastarla bajo el botín y tenerla dominada –grafica–. ¿Qué refleja esa actitud? La voluntad de poseerla. Y cierto egoísmo, también. Pero cuidado: creo que primero se inventó el mito de que había una forma criolla de jugar al fútbol, y luego se empezó a jugar de esa manera."
Es cierto, los potreros y las canchas argentinas están llenos de Alonsos y Maradonas que detienen su trote y alzan la vista como si otearan la inmensidad del océano, mientras ella descansa bajo la suela. En ese trance, más que enfocar el desmarque de algún compañero, muchos de estos chicos quizá sueñan con un futuro de gloria, fama y dinero. "En estos años de crisis, la pelota representa también la posibilidad de salir de la pobreza –aporta Enrique Pinti–. La chicas quieren ser modelos, y los chicos, futbolistas, siguiendo los modelos de Susana Giménez y Maradona. Cuando yo era chico, a los jugadores se los adoraba, pero Boyé, Pedernera o Labruna no eran millonarios. Hoy muchos los son."
Algún atractivo especial debe tener la pelota, especula el humorista y actor, porque hasta los perros y los gatos la siguen. Y señala que la importancia que le dan los argentinos al esférico se traduce, sin ir más lejos, en el lenguaje: Dame pelota, decimos cuando queremos que nos presten atención.
Al contrario de quienes, como Borges, se preguntan qué demonios puede tener la pelota para que veintidós locos se desgañiten por ella ("¿por qué no le dan una a cada uno?", ironizó el escritor), hay quienes le agradecen los servicios prestados. La lucha simbólica que se organiza a su alrededor entre unos y otros, dicen, sublima la violencia propia de las pasiones humanas extremas, que, de no ser por ella, podría adoptar manisfestaciones más cruentas, como la guerra.
Pero que la pelota ha dejado de ser sólo un juego para convertirse en una industria millonaria con sus claroscuros ya no hay quien lo dude. "El oficio de chutar balones está plagado de lacras –ha dicho el escritor mexicano Juan Villoro–. Levantemos veloz inventario de lo que no se alivia con el botiquín del masajista: el nacionalismo, la violencia en los estadios, la comercialización de la especie y lo mal que nos vemos con la cara pintada."
De cualquier modo, el juego es cosa seria. Cuando en doce días el referí pite el silbato, a más de medio planeta se le subirá la pelota a la cabeza y el mundo se detendrá durante un mes, como ocurre cada cuatro años. Y ella, como una reina, como esas cosas que nunca se alcanzan, volverá a concitar todos los afanes, todas las miradas.
Por Héctor M. Guyot
Fotos Daniel Pessah y gentileza Adidas. Ilustración de tapa: Sebastián Feldman
Agradecimiento: Hugo Chavarrieta, de la parrilla La Brigada, por facilitarnos las pelotas de fútbol de su colección.
Un juego de niños
En un país en el que el deporte nacional es el fútbol, como la Argentina, la pelota atrae a los chicos desde muy temprano. A los dos años, con el desarrollo de la motricidad gruesa,los niños pueden tomar y patear una pelota. A los cuatro o cinco pueden participar en actividades deportivas, con reglas adaptadas para la edad. “La pelota estimula habilidades como la psicomotricidad gruesa y fina, la integración visoespacial y la coordinación ojo-pie. También capacidades cognitivas, como la planificación y la estrategia, y sociales, cuando hay trabajo en equipo”, señala Marina Bietti, psicóloga, directora de Dr. Jugando, un emprendimiento cuyo objetivo es analizar y recomendar juegos y juguetes infantiles.
Un balón de alta tecnología
La tecnología de termosoldado permite que la +Teamgeist, pelota oficial del Mundial, sea casi impermeable. La absorción de agua sólo aumenta un 4,5% su peso, que oscila entre los 441 y los 444 gramos
Según pasan los años
1978
Tango (Argentina). Las piezas con “tríadas” creaba la ilusión de que había 12 círculos iguales
1970
Telstar (México). Hecha completamente de cuero, con 32 piezas cosidas a mano
1986
Azteca (México). Primer balón oficial sintético de la copa mundial. Redujo la absorción de agua
1990
Etrusco (Italia). Se avanzó en el uso de materiales sintéticos. Su impermeabilización era total
1994
Questra (EE.UU.). Con una capa de espuma blanca de polietileno, era un balón más rápido
1998
Tricolore (Francia). Primer balón multicolor. Tenía microburbujas de gas muy resistentes
2002
Fevernova (Japón). Cambió el diseño imperante desde la Tango, bajo la inspiración de las culturas asiáticas
2006
+Teamgeist. Su configuración de 14 piezas reduce los puntos de contacto entre tres piezas, formando un exterior homogéneo y perfectamente esférico
Un equipo redondo
Un total de 960 balones esperan el momento de ganar protagonismo en el Mundial de Alemania, que comienza el 9 de junio con el partido inaugural entre la selección local y Costa Rica. Cada uno de los 64 encuentros tiene asignado un juego de 15 pelotas +Teamgeist, creadas por Adidas, que llevan impreso el estadio donde se celebra, la fecha y hora del partido y los nombres de las selecciones que lo disputan. El último Mundial en el que hubo pelotas “libres de marcas” fue el de 1966.
Duras pruebas de calidad
La +Teamgeist, pelota oficial del Mundial de Alemania, fue sometida a duras pruebas de calidad por su fabricante, Adidas. En la prueba de tambor, se controla la durabilidad de la superficie impresa del balón. Con el fin de calcular la circunferencia media (de 69 cm), cada pelota se mide en diez puntos distintos. En las pruebas con pierna mecánica se mide la precisión.
Link corto: http://www.lanacion.com.ar/808657
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Vargas Llosa
Sábado 27 de mayo de 2006
Vargas Llosa presentó "Travesuras de la niña mala"
El amor no es un tema ligero
El escritor defendió su elección de una historia romántica en su último libro "Será una debilidad senil", bromeó Mario Vargas Llosa, ante la pregunta que insistía en saber por qué eligió escribir una historia de amor.
"El amor es la experiencia más compartida de los seres humanos y es uno de los grandes temas de la literatura. Contar una historia de amor de manera fresca era una idea que me daba vueltas desde hace muchos años, pero no me atrevía", concedió el escritor, en referencia a "Travesuras de la niña mala" (Alfaguara), su última novela.
Es, en efecto, una crónica de los amores itinerantes de Ricardo Somocurcio -un traductor de la Unesco, peruano, claro, cuya única ambición es vivir en París- y Lily, la "niña mala" del título, esquiva, egoísta y desprejuiciada. Tan importante como esa historia de vaivenes emocionales es el entorno en que se desarrolla: Vargas Llosa hace circular a los personajes por el París revolucionario de los 60, el Londres hippie y liberado de los 70, el Madrid de los 80, y los entrecruza con revolucionarios idealistas, hippies, chamanes, la frivolidad de la alta sociedad parisina y londinense y, de lejos, un Perú siempre convulsionado políticamente.
Desde Madrid, en una videoconferencia con periodistas de once países latinoamericanos, Vargas Llosa defendió el tono "ligero" de su última obra, rescató el entorno de ciudades y acontecimientos como "lo más autobiográfico de la novela" y se detuvo en los escritores jóvenes latinoamericanos, en quienes lamentó la ausencia de "interés por la política". "Hay textos que a uno le hacen pasar malos ratos, pero esta novela la he escrito con mucho gusto, pasándolo bien", contó, coherente con su idea de que "con la literatura nos defendemos de la infelicidad".
"En este amor, como en todas las relaciones amorosas, hay altibajos, momentos hermosos y otros dramáticos, pero si le preguntáramos a Ricardo si pudiera elegir, estoy seguro de que elegiría quedarse con ese amor", interpretó el autor de "La Fiesta del Chivo". "Sin esa pasión, su vida hubiera sido mucho más gris, más rutinaria, más mediocre", dijo.
Sin ligerezas
¿Marca esta novela un giro hacia una prosa más ligera?, se le preguntó. "El amor no es tan ligero, es un tema que puede ser muy dramático. Lo que es más ligero es la manera como esa historia está contada. El título es risueño, tiene algo de picardía y humor, y quizás eso puede dar idea de una novela más bien leve, pero allí se tocan temas importantes", se defendió sin perder la sonrisa.
Como sucede en la mayoría de sus textos, la novela tiene elementos autobiográficos, que el autor reconoce, pero esta vez están puestos en el entorno. "Allí he usado mucho más mi memoria y experiencias porque he vivido en las ciudades y en las épocas allí descriptas", relató, y las usó como "el telón de fondo apropiado para mostrar en qué contextos políticos y sociales tenía lugar esta historia", dijo el ganador del Premio Cervantes.
Desde Europa, donde vive, el escritor rescató la aparición de una generación de escritores latinoamericanos "con una pasión absorbente por la problemática contemporánea", pero lamentó que muchos no se interesen por la política. "Creo que el escritor debería contribuir a hacer tomar conciencia de la importancia de la libertad y la democracia", afirmó.
Al tema volvió cuando, desde la Argentina, se le preguntó por la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Perú, el próximo 4 de junio. "Son unas elecciones cruciales porque de ellas puede resultar que se desplome la democracia que tenemos o que continúe. Creo que sería una insensatez, casi un suicidio, renunciar a la democracia y elegir el autoritarismo militarista y nacionalista, que tantas catástrofes trae consigo", analizó.
Por Raquel San MartínDe la Redacción de LA NACION
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Longevidad
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Domingo 28 de mayo de 2006 Noticias Ciencia/Salud Nota En la Argentina ya son 1855 Asombrosos relatos de quienes ya cumplieron 100 años Lo que más valoran es su autonomía Cada mañana, a las 8.30, don Vidal camina hasta el bar ubicado a dos cuadras de su casa. Allí, en la avenida Corrientes y Boulogne sur Mer, los mozos lo conocen cariñosamente por “el Centenario”. Es que don Vidal cumplió un siglo en octubre pasado y todos los días acompaña con un café la lectura del diario que, desde hace dos años, las cataratas han limitado sólo a los titulares.
Vidal Cohenca, que nació en Jerusalén en 1905 y emigró a América con sus diez hermanos empujado por la pobreza, es uno de los 1855 argentinos que forman parte del grupo de los más longevos, en el que las mujeres son amplia mayoría. Según cifras del Indec, son exactamente 1508.
“Por dentro soy joven y me gusta mucho la vida –reconoce a LA NACION Paulina Marenzi de Fasce, de 101 años–, camino mal, oigo poco y veo menos que antes, pero sigo acá porque Dios siempre me amparó. Y eso que tuve muchos contratiempos cuando murió mi esposo.”
Con un humor envidiable, Paulina se acuerda de cada detalle de su vida con una precisión impecable y mantiene una precisión impecable y mantiene su autonomía. Recuerda las salidas infantiles con su mamá al cine Gaumont, en el barrio porteño de Congreso, donde nació un 24 de enero, o su casamiento en 1937 con "un hombre muy bueno con el que salíamos mucho" y del que enviudó en 1976.
"Tuve muchos candidatos después -dice risueña-, pero los echaba porque no quería saber nada." Hoy vive en un departamento y la acompaña una mujer que la ayuda con los quehaceres de la casa y las compras. "Tiene un carácter...", asegura Paulina como en confidencia. Además, la frecuentan los sobrinos de su esposo, todos profesionales ya, que casi todos los días se reúnen para tomar mate con ella.
Para defenderse de la artrosis que la afecta, una kinesióloga le hace masajes tres veces por semana en los dedos de los pies, los empeines, las rodillas y los brazos. Es que a pesar del buen apetito que aún conserva y de haber llevado una buena calidad de vida todos estos años, que incluye comer muchas frutas y verduras, pero nada de sal, varias caídas y un accidente en la calle afectaron sus articulaciones.
"Nunca en mi vida estuve enferma, pero tuve muchas caídas desgraciadas y una operación -afirma Paulina-. Tengo un clavo en el brazo, en la cadera y en la rodilla, y hace 14 años me atropelló un colectivo 59, que me rompió la cabeza y me tuvieron que internar cuatro días. Pero aparte de esto, no tuve nada... Eso sí, cada vez que ahora voy al médico, me dicen: «No es nada, son los años», y eso no me gusta."
Todos los días, después de levantarse a las 8, hace los ejercicios que le indicó la kinesióloga, desayuna y juega al chinchón con la señora que la acompaña durante la semana. "Estoy tomando la leche y ya tengo las cartas al lado", bromea. Al mediodía cocina el almuerzo para las dos y a la tarde toma mate con galletitas o algunas de las tortas o las mermeladas que prepara.
"Hago tortas de cumpleaños, pasta frolas, y este año me animé a preparar dulces de uva, durazno, tomate y ciruela, que les regalo a los vecinos, al carnicero y al verdulero porque son muy buenos conmigo", insiste Paulina con agradecimiento en la voz, que no delata la edad que tiene.
Así, tan activa, es Olga Uradnicek, que a los 102 años repite la misma rutina de ejercicios con un bastón que le enseñaron a los tres años en Eslovaquia, donde nació. "Era obligatorio en la escuela y nos decían que así se evita que se endurezcan las arterias. Tengo que cuidarme", explica.
Viuda de tres esposos, el último argentino, Olga asegura que "se ama una sola vez en la vida". Con recuerdos que a veces le llenan de lágrimas los ojos, cuenta que fue jefa del Ministerio de Correos en su país natal y que en 1976 llegó a la Argentina, después de radicarse y casarse por segunda vez en Montevideo. "Soy uruguaya, pero me siento internacional", asegura, orgullosa de hablar otros cuatro idiomas (húngaro, eslovaco, checo y alemán) y de disfrutar la lectura sobre la vida de los caudillos.
Si de dar consejos sobre cómo vivir muchos años se trata, Olga enseguida explica su receta: hacer ejercicios todos los días, no comer frituras, grasas ni sal, y dormir la siesta.
Y este descanso después del almuerzo es lo que también ayudó a Jacobo Schust, que el 12 de junio próximo cumplirá 102 años. La mayor parte del día, Jacobo se ocupa de las tareas de la casa para ayuda a Juana, su esposa, que a los 87 años no puede permanecer mucho tiempo de pie.
"Desde 1982, que dejé de trabajar, me metí en la cocina y no salí más", dice y se ríe. Pero sí sale para hacer las compras: "Si son muy pesadas, llevo el changuito", admite quien de joven hizo mucha gimnasia y tocaba el clarín en la banda de la Caballería, en Campo de Mayo, de la que se retiró a los 38 años.
¿Cómo hizo para vivir más de 100 años? "Sinceramente, no sé. Le pedí a Dios que me dejara llegar y además me comporté bien y me llevé siempre bien con mi esposa", responde.
Para Bibiana Santa Cruz, en cambio, la receta para llevar a los 101 años es haber comido de todo y no recordar los años que iba acumulando. Nacida en Santa Fe, viajó a Buenos Aires a los 14 años para trabajar. A los 18, recuerda, se casó y tuvo una hija, que le dio dos nietos. "A los cuatro bisnietos casi no los conoce y me visitan poco", dice.
Como Vidal Cohenca, que es cantante y rabino en un templo de avenida Pueyrredón al 600, Bibiana asegura que nunca cuidó su alimentación y nunca estuvo enferma. Ambos comen carne, pollo, pescado, frutas y verduras. Pero lejos de poder atribuir alguna causa a su longevidad, todos valoran la autonomía que conservan y el buen sentido del humor.
"Que le vaya bien y tenga suerte", desea Paulina antes de despedirse y agrega de inmediato: "¡Ah... la va a tener porque habló conmigo!", termina con risas francas.
Por Fabiola Czubaj De la Redacción de LA NACION
El club de los centenarios
El de las personas de cien años es el grupo etario que mayor crecimiento está experimentando. En el siglo XX, el promedio de expectativa de vida aumentó más que en dos milenios. Según las Naciones Unidas, un bebe que nace hoy puede vivir 81 años en Japón o 74 en la Argentina. En los países desarrollados, llega a los cien años un individuo cada 100.000; en la Argentina, uno cada 200.000. Para mediados de siglo, la proporción de personas mayores de 60 años se habrá triplicado y muchos miles de personas nacidas este año verán llegar el siglo XXII. Por ahora, Elizabeth "Ma Pampo" Israel es considerada el ser humano vivo de más edad: tendría 127 años.
Una receta que se intenta descifrar La ciencia conoce cada vez más los engranajes del proceso de envejecimiento En el verano boreal de 1889, a los 72 años, el neurólogo francés Charles-Edouard Brown-Séquard hizo un sorprendente anuncio en la Sociedad de Biología de su país: dijo que se sentía muy bien después de inyectarse una emulsión... ¡de testículos de perro y cobayo!
El intento, lo más parecido a un experimento "científico" para prolongar la vida -al menos, si se lo compara con las recetas de griegos y romanos, que recomendaban dormir con jóvenes vírgenes, o las de los antiguos chinos, que proponían un elixir dorado cuya preparación tardaba nueve meses y garantizaba la inmortalidad-, no fue más que el primero de una larga serie.
"Envejecemos como podemos, pero también como queremos", afirma el doctor Alejandro Mondelli, médico gerontólogo y presidente de la Sociedad Argentina para el Estudio del Envejecimiento y la Longevidad.
Los consejos para vivir más abundan. La mayoría son bastante aburridos: dormir lo suficiente, hacer actividad física, mantenerse delgado, tomar con moderación...
Sin embargo, afirman los investigadores, hasta ahora nadie demostró que ésta u otra fórmula puedan hacerlo vivir más de lo que está "programado" para vivir.
"Hay genes que se mantendrán estables y son favorables para el envejecimiento -explica Mondelli-, en tanto que otros sufrirán mutaciones que determinarán la producción de proteínas anómalas y, por lo tanto, alguna función se deteriorará, como por ejemplo la fabricación de enzimas encargadas de reparar los propios genes. Es sabido que los radicales libres [átomos muy reactivos] que se producen durante el metabolismo celular son responsables de las alteraciones en los genes y sus proteínas."
Matemática de la longevidad
Un estudio estadístico de la Universidad de Chicago difundido por The New York Times descubrió que hay algunos potenciales predictores de longevidad extrema.
Los primogénitos de familias extensas tendrían de dos a tres veces más posibilidades que los hermanos posteriores de tener una larga vida. También las personas criadas en el ambiente rural y los nacidos en octubre y noviembre. Pero a no alegrarse tan rápido: estos factores son significativos para las poblaciones, no para los individuos.
De todos los ensayos antienvejecimiento, la restricción calórica, que propone una dieta extremadamente baja en calorías, es la única que hasta ahora tiene alguna comprobación científica. Hace sesenta años, unos investigadores de la Universidad Cornell hicieron un extraordinario descubrimiento: vieron que podían extender un 33% la vida de ratas de laboratorio dándoles una ración muy baja en calorías.
Los animalitos también se mantenían más ágiles y sufrían menos enfermedades que sus congéneres normalmente alimentadas.
Aunque nunca fue probada en seres humanos, esta dieta parece activar un mecanismo protector y los científicos esperan poder "ponerlo en marcha" sin necesidad de someternos a una dieta que nos mantendría permanentemente con hambre. Otro recurso indudablemente benéfico es la actividad física. Estudios dados a conocer recientemente aseguran que quienes la practican regularmente pueden disminuir su edad biológica en hasta una década.
De acuerdo con estos preceptos, el doctor Mondelli aconseja restringir la cantidad de calorías ingeridas, realizar actividad física -que mejorará el metabolismo de la glucosa, la salud cardiovascular y la plasticidad del sistema nervioso-, mantenerse intelectual y socialmente activo.
"Estas premisas permitirán mantener sobre todo las funciones cognitivas, eje para un envejecimiento con salud -afirma-, porque el cerebro a pesar de su deterioro natural será capaz de suplantar las funciones que normalmente declinan gracias a su plasticidad."
Según el especialista, el New England Centenarian Study muestra que las personas centenarias tienen una historia personal de envejecimiento lento y que a lo largo de sus vidas han padecido pocas enfermedades como las neurodegenerativas, diabetes, arteriosclerosis y otras. También, que el 90% de ellos se encontraban funcionalmente autónomos hasta los 92 años y el 75%, hasta los 95.
"Nosotros también encontramos las siguientes características -agrega-: en general, los centenarios son delgados y poco afectos a fumar; tienen recursos suficientes para afrontar adecuadamente situaciones de estrés mejor que otros; son serenos, optimistas, cordiales y alegres."
Sea cual fuere la clave, todo indica que llegar a los cien años será cada vez menos extraordinario: si las predicciones de la Organización de las Naciones Unidas están en lo cierto, en 2050 más de dos millones de personas tendrán eso o más.
Para el investigador norteamericano Thomas Perls, vivir hasta los cien años es como ganar la lotería. "Digamos que usted necesita seis números -dijo-. Uno sería no ser obeso; otro, ser mujer; otro, no desarrollar una enfermedad cardíaca; otro, no abusar de la sal y del alcohol, otro hacer actividad física."
Antes dejábamos todos estos números librados al azar. Ahora, manteniendo un mejor estado de salud y tomando otras medidas de prevención, estamos siendo más eficaces para predeterminar estos números. Es más fácil ganar la lotería que antes."
Por Nora BärDe la Redacción de LA NACION
Domingo 28 de mayo de 2006 Noticias Ciencia/Salud Nota En la Argentina ya son 1855 Asombrosos relatos de quienes ya cumplieron 100 años Lo que más valoran es su autonomía Cada mañana, a las 8.30, don Vidal camina hasta el bar ubicado a dos cuadras de su casa. Allí, en la avenida Corrientes y Boulogne sur Mer, los mozos lo conocen cariñosamente por “el Centenario”. Es que don Vidal cumplió un siglo en octubre pasado y todos los días acompaña con un café la lectura del diario que, desde hace dos años, las cataratas han limitado sólo a los titulares.
Vidal Cohenca, que nació en Jerusalén en 1905 y emigró a América con sus diez hermanos empujado por la pobreza, es uno de los 1855 argentinos que forman parte del grupo de los más longevos, en el que las mujeres son amplia mayoría. Según cifras del Indec, son exactamente 1508.
“Por dentro soy joven y me gusta mucho la vida –reconoce a LA NACION Paulina Marenzi de Fasce, de 101 años–, camino mal, oigo poco y veo menos que antes, pero sigo acá porque Dios siempre me amparó. Y eso que tuve muchos contratiempos cuando murió mi esposo.”
Con un humor envidiable, Paulina se acuerda de cada detalle de su vida con una precisión impecable y mantiene una precisión impecable y mantiene su autonomía. Recuerda las salidas infantiles con su mamá al cine Gaumont, en el barrio porteño de Congreso, donde nació un 24 de enero, o su casamiento en 1937 con "un hombre muy bueno con el que salíamos mucho" y del que enviudó en 1976.
"Tuve muchos candidatos después -dice risueña-, pero los echaba porque no quería saber nada." Hoy vive en un departamento y la acompaña una mujer que la ayuda con los quehaceres de la casa y las compras. "Tiene un carácter...", asegura Paulina como en confidencia. Además, la frecuentan los sobrinos de su esposo, todos profesionales ya, que casi todos los días se reúnen para tomar mate con ella.
Para defenderse de la artrosis que la afecta, una kinesióloga le hace masajes tres veces por semana en los dedos de los pies, los empeines, las rodillas y los brazos. Es que a pesar del buen apetito que aún conserva y de haber llevado una buena calidad de vida todos estos años, que incluye comer muchas frutas y verduras, pero nada de sal, varias caídas y un accidente en la calle afectaron sus articulaciones.
"Nunca en mi vida estuve enferma, pero tuve muchas caídas desgraciadas y una operación -afirma Paulina-. Tengo un clavo en el brazo, en la cadera y en la rodilla, y hace 14 años me atropelló un colectivo 59, que me rompió la cabeza y me tuvieron que internar cuatro días. Pero aparte de esto, no tuve nada... Eso sí, cada vez que ahora voy al médico, me dicen: «No es nada, son los años», y eso no me gusta."
Todos los días, después de levantarse a las 8, hace los ejercicios que le indicó la kinesióloga, desayuna y juega al chinchón con la señora que la acompaña durante la semana. "Estoy tomando la leche y ya tengo las cartas al lado", bromea. Al mediodía cocina el almuerzo para las dos y a la tarde toma mate con galletitas o algunas de las tortas o las mermeladas que prepara.
"Hago tortas de cumpleaños, pasta frolas, y este año me animé a preparar dulces de uva, durazno, tomate y ciruela, que les regalo a los vecinos, al carnicero y al verdulero porque son muy buenos conmigo", insiste Paulina con agradecimiento en la voz, que no delata la edad que tiene.
Así, tan activa, es Olga Uradnicek, que a los 102 años repite la misma rutina de ejercicios con un bastón que le enseñaron a los tres años en Eslovaquia, donde nació. "Era obligatorio en la escuela y nos decían que así se evita que se endurezcan las arterias. Tengo que cuidarme", explica.
Viuda de tres esposos, el último argentino, Olga asegura que "se ama una sola vez en la vida". Con recuerdos que a veces le llenan de lágrimas los ojos, cuenta que fue jefa del Ministerio de Correos en su país natal y que en 1976 llegó a la Argentina, después de radicarse y casarse por segunda vez en Montevideo. "Soy uruguaya, pero me siento internacional", asegura, orgullosa de hablar otros cuatro idiomas (húngaro, eslovaco, checo y alemán) y de disfrutar la lectura sobre la vida de los caudillos.
Si de dar consejos sobre cómo vivir muchos años se trata, Olga enseguida explica su receta: hacer ejercicios todos los días, no comer frituras, grasas ni sal, y dormir la siesta.
Y este descanso después del almuerzo es lo que también ayudó a Jacobo Schust, que el 12 de junio próximo cumplirá 102 años. La mayor parte del día, Jacobo se ocupa de las tareas de la casa para ayuda a Juana, su esposa, que a los 87 años no puede permanecer mucho tiempo de pie.
"Desde 1982, que dejé de trabajar, me metí en la cocina y no salí más", dice y se ríe. Pero sí sale para hacer las compras: "Si son muy pesadas, llevo el changuito", admite quien de joven hizo mucha gimnasia y tocaba el clarín en la banda de la Caballería, en Campo de Mayo, de la que se retiró a los 38 años.
¿Cómo hizo para vivir más de 100 años? "Sinceramente, no sé. Le pedí a Dios que me dejara llegar y además me comporté bien y me llevé siempre bien con mi esposa", responde.
Para Bibiana Santa Cruz, en cambio, la receta para llevar a los 101 años es haber comido de todo y no recordar los años que iba acumulando. Nacida en Santa Fe, viajó a Buenos Aires a los 14 años para trabajar. A los 18, recuerda, se casó y tuvo una hija, que le dio dos nietos. "A los cuatro bisnietos casi no los conoce y me visitan poco", dice.
Como Vidal Cohenca, que es cantante y rabino en un templo de avenida Pueyrredón al 600, Bibiana asegura que nunca cuidó su alimentación y nunca estuvo enferma. Ambos comen carne, pollo, pescado, frutas y verduras. Pero lejos de poder atribuir alguna causa a su longevidad, todos valoran la autonomía que conservan y el buen sentido del humor.
"Que le vaya bien y tenga suerte", desea Paulina antes de despedirse y agrega de inmediato: "¡Ah... la va a tener porque habló conmigo!", termina con risas francas.
Por Fabiola Czubaj De la Redacción de LA NACION
El club de los centenarios
El de las personas de cien años es el grupo etario que mayor crecimiento está experimentando. En el siglo XX, el promedio de expectativa de vida aumentó más que en dos milenios. Según las Naciones Unidas, un bebe que nace hoy puede vivir 81 años en Japón o 74 en la Argentina. En los países desarrollados, llega a los cien años un individuo cada 100.000; en la Argentina, uno cada 200.000. Para mediados de siglo, la proporción de personas mayores de 60 años se habrá triplicado y muchos miles de personas nacidas este año verán llegar el siglo XXII. Por ahora, Elizabeth "Ma Pampo" Israel es considerada el ser humano vivo de más edad: tendría 127 años.
Una receta que se intenta descifrar La ciencia conoce cada vez más los engranajes del proceso de envejecimiento En el verano boreal de 1889, a los 72 años, el neurólogo francés Charles-Edouard Brown-Séquard hizo un sorprendente anuncio en la Sociedad de Biología de su país: dijo que se sentía muy bien después de inyectarse una emulsión... ¡de testículos de perro y cobayo!
El intento, lo más parecido a un experimento "científico" para prolongar la vida -al menos, si se lo compara con las recetas de griegos y romanos, que recomendaban dormir con jóvenes vírgenes, o las de los antiguos chinos, que proponían un elixir dorado cuya preparación tardaba nueve meses y garantizaba la inmortalidad-, no fue más que el primero de una larga serie.
"Envejecemos como podemos, pero también como queremos", afirma el doctor Alejandro Mondelli, médico gerontólogo y presidente de la Sociedad Argentina para el Estudio del Envejecimiento y la Longevidad.
Los consejos para vivir más abundan. La mayoría son bastante aburridos: dormir lo suficiente, hacer actividad física, mantenerse delgado, tomar con moderación...
Sin embargo, afirman los investigadores, hasta ahora nadie demostró que ésta u otra fórmula puedan hacerlo vivir más de lo que está "programado" para vivir.
"Hay genes que se mantendrán estables y son favorables para el envejecimiento -explica Mondelli-, en tanto que otros sufrirán mutaciones que determinarán la producción de proteínas anómalas y, por lo tanto, alguna función se deteriorará, como por ejemplo la fabricación de enzimas encargadas de reparar los propios genes. Es sabido que los radicales libres [átomos muy reactivos] que se producen durante el metabolismo celular son responsables de las alteraciones en los genes y sus proteínas."
Matemática de la longevidad
Un estudio estadístico de la Universidad de Chicago difundido por The New York Times descubrió que hay algunos potenciales predictores de longevidad extrema.
Los primogénitos de familias extensas tendrían de dos a tres veces más posibilidades que los hermanos posteriores de tener una larga vida. También las personas criadas en el ambiente rural y los nacidos en octubre y noviembre. Pero a no alegrarse tan rápido: estos factores son significativos para las poblaciones, no para los individuos.
De todos los ensayos antienvejecimiento, la restricción calórica, que propone una dieta extremadamente baja en calorías, es la única que hasta ahora tiene alguna comprobación científica. Hace sesenta años, unos investigadores de la Universidad Cornell hicieron un extraordinario descubrimiento: vieron que podían extender un 33% la vida de ratas de laboratorio dándoles una ración muy baja en calorías.
Los animalitos también se mantenían más ágiles y sufrían menos enfermedades que sus congéneres normalmente alimentadas.
Aunque nunca fue probada en seres humanos, esta dieta parece activar un mecanismo protector y los científicos esperan poder "ponerlo en marcha" sin necesidad de someternos a una dieta que nos mantendría permanentemente con hambre. Otro recurso indudablemente benéfico es la actividad física. Estudios dados a conocer recientemente aseguran que quienes la practican regularmente pueden disminuir su edad biológica en hasta una década.
De acuerdo con estos preceptos, el doctor Mondelli aconseja restringir la cantidad de calorías ingeridas, realizar actividad física -que mejorará el metabolismo de la glucosa, la salud cardiovascular y la plasticidad del sistema nervioso-, mantenerse intelectual y socialmente activo.
"Estas premisas permitirán mantener sobre todo las funciones cognitivas, eje para un envejecimiento con salud -afirma-, porque el cerebro a pesar de su deterioro natural será capaz de suplantar las funciones que normalmente declinan gracias a su plasticidad."
Según el especialista, el New England Centenarian Study muestra que las personas centenarias tienen una historia personal de envejecimiento lento y que a lo largo de sus vidas han padecido pocas enfermedades como las neurodegenerativas, diabetes, arteriosclerosis y otras. También, que el 90% de ellos se encontraban funcionalmente autónomos hasta los 92 años y el 75%, hasta los 95.
"Nosotros también encontramos las siguientes características -agrega-: en general, los centenarios son delgados y poco afectos a fumar; tienen recursos suficientes para afrontar adecuadamente situaciones de estrés mejor que otros; son serenos, optimistas, cordiales y alegres."
Sea cual fuere la clave, todo indica que llegar a los cien años será cada vez menos extraordinario: si las predicciones de la Organización de las Naciones Unidas están en lo cierto, en 2050 más de dos millones de personas tendrán eso o más.
Para el investigador norteamericano Thomas Perls, vivir hasta los cien años es como ganar la lotería. "Digamos que usted necesita seis números -dijo-. Uno sería no ser obeso; otro, ser mujer; otro, no desarrollar una enfermedad cardíaca; otro, no abusar de la sal y del alcohol, otro hacer actividad física."
Antes dejábamos todos estos números librados al azar. Ahora, manteniendo un mejor estado de salud y tomando otras medidas de prevención, estamos siendo más eficaces para predeterminar estos números. Es más fácil ganar la lotería que antes."
Por Nora BärDe la Redacción de LA NACION
25 mayo, 2006
Algo habrán hecho, en Luján.
Algo habrán hecho, el programa de TV que escribe Felipe Piña y produce Mario pergolini, graba en Luján.
Capítulo sobre Sarmiento
Aprovechando los escenarios naturales y los recursos disponibles en las salas del complejo museístico Enrique Udaondo de la ciudad de luján, Buenos Aires, Se filmáron las escenas de un capítulo de esta serie histórico-documental
Se utilizó la carroza presidencial de Domingo Sarmiento y un trabuco naranjero para reproducir el atentado que supo sufrir Sarmiento a bordo de su tranporte oficial.
Personificando al polémico maestro, presidente y escritor estaba Darío Grandinetti.
23 mayo, 2006
Prostíbulos Portátiles
Alemania prevé instalar prostíbulos portátiles durante el mundial de fútbol
Algunas de las ciudades alemanas que acogerán este verano la Copa Mundial de Fútbol están estudiando la posibilidad de instalar prostíbulos "portátiles", según una información recogida por la revista de la Asociación Nacional de Empresarios de Locales de Alterne.
La prostitución es una práctica legal en Alemania desde el pasado año 2002, lo que permite augurar que estos establecimientos "harán el agosto" debido a la masiva afluencia de público que atrae la Copa Mundial.Las casetas en las que se ofrecerán los servicios estarán equipadas con baños y duchas. Además, se buscan patrocinadores para repartir cien mil preservativos en las inmediaciones del estadio olímpico, y los ayuntamientos de las doce ciudades que serán anfitrionas planean conceder licencias especiales para que los trabajadores del sexo ofrezcan sus servicios en la calle.
Experiencias anteriores, como los Juegos Olímpicos de Atenas, demuestran que este tipo de acontecimientos son un mercado perfecto para la prostitución. Alemania acogerá durante el campeonato a tres millones de aficionados, dispuestos a ver fútbol, ingerir grandes cantidades de alcohol y, seguramente, utilizar las "casetas sexuales".
En Colonia y Dortmund ya se han instalado prostíbulos provisionalesEn Dortmund y Colonia, oeste del país, ya se han instalado unos prostíbulos provisionales. Son garajes individuales equipados con máquinas expendedoras de preservativos, servicios sanitarios, alarmas y puertas de emergencia.
Lo que para algunos resulta escandaloso es para las autoridades municipales apenas una respuesta pragmática a la demanda. Pese a que esta actividad es legal y está regulada, las organizaciones de mujeres y sindicatos temen que muchas lleguen a Alemania engañadas y se encuentren indefensas en un país que no conocen.
Algunas de las ciudades alemanas que acogerán este verano la Copa Mundial de Fútbol están estudiando la posibilidad de instalar prostíbulos "portátiles", según una información recogida por la revista de la Asociación Nacional de Empresarios de Locales de Alterne.
La prostitución es una práctica legal en Alemania desde el pasado año 2002, lo que permite augurar que estos establecimientos "harán el agosto" debido a la masiva afluencia de público que atrae la Copa Mundial.Las casetas en las que se ofrecerán los servicios estarán equipadas con baños y duchas. Además, se buscan patrocinadores para repartir cien mil preservativos en las inmediaciones del estadio olímpico, y los ayuntamientos de las doce ciudades que serán anfitrionas planean conceder licencias especiales para que los trabajadores del sexo ofrezcan sus servicios en la calle.
Experiencias anteriores, como los Juegos Olímpicos de Atenas, demuestran que este tipo de acontecimientos son un mercado perfecto para la prostitución. Alemania acogerá durante el campeonato a tres millones de aficionados, dispuestos a ver fútbol, ingerir grandes cantidades de alcohol y, seguramente, utilizar las "casetas sexuales".
En Colonia y Dortmund ya se han instalado prostíbulos provisionalesEn Dortmund y Colonia, oeste del país, ya se han instalado unos prostíbulos provisionales. Son garajes individuales equipados con máquinas expendedoras de preservativos, servicios sanitarios, alarmas y puertas de emergencia.
Lo que para algunos resulta escandaloso es para las autoridades municipales apenas una respuesta pragmática a la demanda. Pese a que esta actividad es legal y está regulada, las organizaciones de mujeres y sindicatos temen que muchas lleguen a Alemania engañadas y se encuentren indefensas en un país que no conocen.
El otro lado de la pelota
Mundial 2006
Otras actividades paralelas al Mundial
La industria del entretenimiento no escatima en esfuerzos a la hora de ponerse al día. Tecnología, confort y sensuales señoritas conforman una oferta muy tentadora para que los amantes del fútbol tengan otra opción además de la cancha.
Siguiendo la línea de la entidad madre, la FIFA, el marketing alemán asumió la filosofía del "te saco dinero como sea" y ha aggiornado los burdeles con televisores de plasma en los privados para seguir las instancias deportivas aún realizando otra tarea física.
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